La noche
revienta con la madrugada,
los mil y
un velos de un hábito umbrío
se escurren
álgidos
entre los
poros del silencio
como esta
aurora
la de
ayer
la de
antier o
la de pretéritas
semanas,
atinan
con el
mismo matiz,
color de
la nave que abordan los sueños
dicción omisa,
ateridas
las palabras
no
escupen sus notas
pernoctan
en la estancia de los desencantos,
ramillete
diseco con la fórmula del olvido
adorna el
vestíbulo de la fe,
lacrimoso
el pabilo
que
enciende la mirada,
párpados
cosidos por la desmemoria,
omnipresente
la nostalgia
dibuja
las caras que ionizaran las horas,
mujer sin
acento
sin tilde
trastoca
la acepción de su piel,
alérgica
al desamor
se astilla
ante la anarquía del invierno
y en
duermevela de sentimientos
revolotea
mariposa desabrida
se
aniquilan los calendarios
en sus
alas.