sábado, 31 de agosto de 2013

Sobrevivencias




Hay peces que navegan en mi carne
-otrora, peces encendidos-
perdieron sus colores de naturaleza prístina
y hoy, 
es grisáceo el matiz de sus escamas,

sus dientes 
-agujas sin dedales- 
bordan amañados 
tristezas en relieve de lamentos 
también, 
extenuados aljibes 
por las fantasías que sobrevolaron, 

saltan de piel en piel 
acosando los costados 
mordiendo inclementes 
las lindes del espíritu. 

Hay un hálito que se muere pecho adentro 
-el verbo insigne del altruismo humano- 
canicular dolor 
lo evapora del hueso pálido 
resquebrajado por la indolencia de tantas lunas, 
se substrae amanecido 
entre el pedernal que apuntaló sus rodillas 
hasta el fondo del légamo, 
cúmulo de aflicciones 
sin sentido. 

Hay pájaros que planean en mis ojos 
-alondras del silencio- 
han perdido de repente sus cañones 
abortando de sus brazos 
plumones dúctiles, 
llevan en su lomo 
ramas de esperanzas, 
aromas de otros montes 
que polinizan los suspiros 
y aletean en la cornisa 
del alma que se acalla. 



Es poesía sin poesía





No trasciende que rehúse mis poemas
si en el centro de mi vértice
-al tañer de su risa -
danzan sus notas pinceladas con melado
dibujando en mis resquicios
silencios de su amor,
costados esculpidos 
con el sabor de sus besos.

Triviales se tornan los versos
a la acústica de sus oídos
estetoscopios cerrados a la rima hilarante
si abiertas se hallan las celosías 
de sus poros a mis labios.

Irónica es la vida 
a la vuelta de la esquina
(antagonismo en la poesía),
amados versos cosechados entre renglones
y trasplantados directo a los pliegues 
que hay bajo sus párpados
y bajo la calígine suavidad de su boca.

Solo, solo era cuestión de tomar el llavero
y abrir los candados de la nostalgia,
sin esquelas para anunciarse 
ha pasado a la antesala que llega al corazón
entre el abrazo estrecho
y ese beso que recorre la membrana
en el silencio de la dulzura
y la pasión que la baña.



domingo, 18 de agosto de 2013

Jarabe del amor






¡ Mi boca sabe a tu nombre !,

esencia estable de los besos
acantonados en las papilas,
en ausencias fluyen por vórtices
instados por los suspiros
inundando los farallones
armados con huesos ciertos
protectores del corazón
y de la llama perenne
que por amor, de vida palpita.


Mi cintura conoce tus índices,
lianas verdes de tus ramajes
usurpadores y de nudos recios,
en fértil campo se torna el vientre
bajo esa lluvia de besos, ungido
y surcado por arados blancos
removiendo de los huertos
la corteza envejecida
mudándola a folios de azahar
con tus palmas eruditas.


Tierra soy, bendita greda
moldeada con herramientas
naturales de tu estamento,
enraízas mis ejidos
profanando los espacios
que quedan al descubierto,
urgiendo florecer las cuencas
rosas del color de los cielos
y tañendo a los cuatro vientos

los campanarios de mis anhelos.



La marcha del olvido



Ya ves
también los sueños
abandonan el baúl del nigromante,
se fraguan errabundos
en el camino de otros ojos. 

Celosías de par en par,
celebran el sol su dignidad
atravesando dagas
por los flancos del olvido. 

Nueva savia se fermenta
traslúcida,
permite leer sus nervaduras
rizomas de vinotinto
en timbales sobre el pecho. 

Caen los encajes...

desnudas las pupilas
se embriagan,
danzan alegres
bajo la carpa de un nuevo circo.



domingo, 11 de agosto de 2013

Vuelo en primavera





El vuelo es libre,
crecen sus alas al ganar altura
cerúleo es el domo que se torna ojos
planeando sobre sus aciagas sombras
y aquella 
que fue su crisálida de lunas
se transparenta en un suspiro
en esta primavera de tórridos soles. 


Le irradian voces matizadas
sobre el desteñido plumaje de su imperfecta criatura,
colores de estaciones que maduran
su espíritu sensible
de lunas y de albores. 


Elástica ante los vórtices del miedo
soporta parpadeos, 
saltando en diagonales como peces transparentes
a acuarios más estables
y desde allí,
encumbra su sonrisa en aleteos
de olvidados sueños,
ecos
de sus ojos torpes.



miércoles, 7 de agosto de 2013

El abstracto del amor





Siénteme 
en el milenario bramido 
de las historias de los que partieron,
respírame y libérate.

Háblame
en las lluvias agobiantes
destripadas contra los cristales,
deja tu voz enredada
para que teja con mis labios
bufandas de canciones.

Límpiate la piel 
con esta piel que arde
exhumándonos los huesos
del pleamar que nos succiona hilarante.

Invéntame y moldéame
en un solo beso y que se extienda amanecido,
salmueras en erupciones de tus lagos termales 
al fuego de tus ojos 
y al crujir de mis caderas.

Se poema en mi poema,
roza las liras de mi alma
y escribe las partituras con un alfabeto simple
apostillando cada folio
las huellas de tus deseos.

             ¡Siénteme!
                           ¡Háblame!
                                        ¡Límpiame!
                                                        ¡Invéntame!

Como si fuera la primera vez...



y que un atardecer impúber 
se difume en mis trigales.




domingo, 4 de agosto de 2013

Epílogo



Vuelco los ojos incorpóreos
en este estadio donde admiro la lucidez
y la entelequia de los seres que me transponen.

Olimpo translúcido
cuando la carne era núbil y ahora,
corredores de osadía que se abren laberínticos
con inquietantes organigramas
que sostienen un paisaje.

Sin pestañas,
ellos advierten los surcos trajinados
por los arados ramificados
que se hincan con entereza,
recreando la falsa pupila
en los polícromos pañuelos
que cuelgan en mis espaldas
desde el génesis de mi linaje.

Corroboro
que algunos están desabridos de pigmento,
matices desperdiciados
por hendiduras egocéntricas,
y otros
cubiertos por el liquen de los escarpados
donde nunca hubo frutos jugosos
para paladares famélicos.


sábado, 3 de agosto de 2013

En esta madrugada




Planean sobre mi oscura urdimbre
(custodia asidua de vitrales globulares)
intangibles velos 
escindiendo la neófita alborada,
los párpados 
holgazanes
bajo las sábanas fruncidas
de inconformismo melindroso
por abandonar el muelle tórrido
que en sueño sosegado
mis huesos acunaba. 

El cuadrante de cristal yace manchado
por el rocío tembloroso 
tras los celajes,
indómitas corrientes
de altiplánicos collados 
que se desplazan galopantes
sobre las crestas montañosas
luego
las filigranas solares
sacrifican las lágrimas noctámbulas
contra el pedernal vítreo
de mi íntima morada.

Imponente 
sobre la naturaleza citadina
se despliega 
una mañana fúlgida


¡Fusión de fe 
sentimiento y armonía!


viernes, 2 de agosto de 2013

En hojas de cuaderno



Proclive a la corrosión
y al aliento del tiempo,
se afinca entre los folios
y en los calendarios que la silencian.


Treinta y siete mayos
se acomodan en un sobre mal herido,
índices videntes reconocen 
su trecho en cada letra 
e infantiles rasgos develan aquellos símbolos,
figuras yertas que aparentan danzas
por la pista horizontal
y ámbar de una esquela.


Eran aún niños
un par de notas
que a los doce y a los trece
alondras viajeras fueron por los caminos,
cornisas diminutas de anochecidos ojos
rosales enmallados en las sonrisas 
y en el alma acalladas
la luz de una mirada
y un furtivo beso 
apostillado en la mejilla.


Oropel es la riqueza
que resalta la moneda,

entonces

¿Cuál es el valor que dictamina el corazón
a un oficio de cuaderno
sustentativo del amor
en las voces de unos niños?