sábado, 31 de diciembre de 2016

Año nuevo


Resultado de imagen para imágenes de luces al amanecer


A  punto de prescribir
millones de relojes atizan las memorias,
en trashumancia los recuerdos  
algunos se quedan,
ocultos en el lado izquierdo,
 bolsillo de las reminiscencias.

La música entapeta el atrio
y entre soplos eufóricos
busco las miradas en los rostros, 
retazos de infinito que ornan mi pupila,
un año más
en el azul de las esperanzas.

Mil ojos avizoran la llegada,
matices encendidos
obligan la retina a urdir conjeturas
y los labios plegados,
escudan la alegría que se vierte
sobre las sienes del nuevo amanecer.

Hay que ser probo
para desnudar el alma de egoísmos,
permitir
que el amor viaje en una estela de poesía,
que dancen las virtudes
en la cuerda de una sonrisa
y que el corazón
abra las celosías a la vida,
ella posa núbil
en las ráfagas de luces
del primer día de enero,
tremola dicha
que aplaude su llegada.




domingo, 25 de diciembre de 2016

Diciembre 25






este domingo de regocijo faccioso
propicia intrigas en mis cabellos

construyo alegría 
al evadir las piedras
y nazco cada vez
de las memorias del olvido

una mirada en la calle
ebria de poemas 
me viste
sin que alcance a traducirla

mis sueños tienen alas
y se remontan entre las brisas del ocaso

tañe la campana
secuestrada entre los huesos
y se tornan alondras
mis palmas
buscan las cornisas
en los espacios que palpitan
entre los hombros y el pecho





sábado, 17 de diciembre de 2016

Diciembre, estás aquí





**
**
***
**** 
****
***
**
**
**
¡Oh, diciembre!,
encandilas desde la frontera,
tus ojos anegados, lágrimas emanan
y el cerúleo mirar, en nostalgias nos acoge,
adornas con el brillo de tus celajes, la ignominia
al depurar esos excesos, adobo lóbrego de los días;
líberos de la tristeza son tus fulgores. ¡Oh! diciembre ven
cual sortilegio, aúnas corazones, abotonas fe en la solapas
contadas horas y tus cabellos de núbil gracia, serán cipreses
muérdagos en los aleros y en las cornisas, campanas de cristal
las que tañen con las brisas, al entonar sus acordes: ¡Villancicos!
Navidad, la metáfora del amor es un niño, nacido en los corazones
inspirados al enajenar la palabra de oropel, para esbozar la sonrisa
que transfiere, un sentir de hermandad y paz entre las generaciones
que heredarán la tierra, nuestra tierra,  la tierra de la buena voluntad,
madre de nuestros ancestros,  la de nuestros padres, la de nosotros.
¡Heme aquí, diciembre!, con mis ojos que te ansían, con mis manos
que son estrellas cual guirnaldas de tus afectos y lumbre de tu voz
en el perdón, mesa que nos unifica a la hora de la cena fraterna
el amor que nos abraza, el que nos unge de bienaventuranza
al recordar el origen de nuestras fibras, el del primer llanto
de las nuevas vidas que se despiertan en estos planos,
testimonio inalienable de lo ínfimos que somos, tú
hermano en la gracia que existe bajo el cerúleo
resplandor de Su Mirada, yo que avizoro
el nuevo amanecer, en la última
hoja del año, estoy aquí 
y te doy ¡Gracias!
**
**
**
**
***
****
*****
****
***
**
**
**
**
**