Análoga y ambivalente
esa sed de amor
que nos acompaña
la tuya
en constante búsqueda
el agua más pulcra
no logra aligerar tu pecho
revuelves entre los pliegues
incautando los gemidos
urgencia de algunas notas
del verso que te hace falta
en el orgasmo perfecto
de esa poesía sin apegos
sin memoria
y sin ojos
ácrata de los miedos
latido que te hace libre.
La mía
-sed de amor-
refundida en el bolsillo
remendado sobre el costado izquierdo
ha soportado los embates
de dos canículas bravías
sin brújulas
apuntala su ahogo
al acorde del corazón
norte y sur
este y oeste
le llueve ecos lejanos
de primaveras en los otoños
gotas de agua de monte
que palia albores y ocasos
muscínea de la semilla
madurez del fruto aceptado
con nombre de poesía
cuna redentora
de sueños al vaivén de las letras
incólume en el desamor
y mesías para mi verso.