Aún hoy, el
sentimiento sobrevive.
Se, de
los balances negativos en mis ojos,
ya no hay
nada de mí
para
distribuir entre los suspiros.
Al
término del mes
dos
números no fueron suficientes
para
certificarle al amor
la trascendencia
de su entrega…
¡No!, no
hubo ganancia ocasional.
Sin
tiempo y sin espacios
que
acercaran voluntades,
faltaron besos
que atestiguaran compromisos.
Apuntalar
columnas en la fábrica de sueños
requiere de
corazones nobles,
de madera
dulce, de madera recia,
madera de
cipreses o de acacias.
¡Ay!,
lamentable pérdida a esta fecha.
¿De qué
sirve convocarte a nueva junta?
La sonrisa
recoge el silbido
en la
refracción de mi nombre,
rueda por
mis hombros, el ayer
se va con
labios secos,
golpe
certero a la ilusión
en un
febrero con balance en rojo.
Cancelada
la asamblea de la piel,
no hubo
acuerdos,
ambivalentes
en las miradas,
tu
pestañear y mi boca.