
El
negrolimpio de la noche
es quien
atrae las voces, 
cóncavo 
al cual convergen las miradas
al cual convergen las miradas
y amplia
el amor,
no se
huye de las fronteras 
donde el deseo se aloja, 
las
arenas adustas
enfilan
sus poros 
a los orígenes del agua
a los orígenes del agua
y todo se
anega,
su visión
de oasis
perfuma
las palabras 
y la lengua
y la lengua
dialoga
en el idioma de las papilas,
las manos 
suscriben melodías
suscriben melodías
sobre las
fuentes que resucitan a los besos
y el tiempo
es presente, 
incluso
incluso
 al amanecer de
nuestros nombres,
se declara
la guerra al olvido,
el último
aliento de los huesos se bebe
y afuera
la vida
juega en la cuerda floja 
del
aburrimiento.