miércoles, 29 de octubre de 2014

Sin puertas





Las hojas hacia el alma
de par en par,
abatir de marcos
dinteles agotados por celo baladí,

permea
luz y lluvia
canto y primavera,

los muros de otrora
plomizos y con liquen
eructan su nostalgia,
plañen sus antojos en suspiros
y en esporas de sonrisas
se multiplican por las venas,

arabescos de ilusiones
en el fandango de los tiempos,
estimulan la lisonja
por amar y por vivir.

¡Oh, rubor de media tarde!

Platea con aromas de ósculos eternos
claustros congelados
y en el pretil de la mirada,
góndolas de agua
y al medio
el campanario con tañer de nochebuena,
endulza cada instante
con acordes sibilinos,
_ Te amos_ emplumados
sobrevuelan los enojos,
germinando entre los labios
un rumor de fe,
bisbiseos de canciones,
nombres con valor.


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