domingo, 16 de septiembre de 2018

Al ocaso




La noche cae en el corazón de la noche
despacio
hilo de sombras en el reloj del tiempo
los latidos se escurren con la puesta del sol
y las notas del día resbalan en cascada
al profundo abismo
de la soledad y la tregua.

La noche cae en el interior de mi voz
incesante
dejo de ser afuera y ahora soy adentro
realidad de la conciencia que fustiga las verdades
dejando el alma expuesta
a la sentencia divina
que juzga agresiva 
la desnudez de mi lengua.




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