No fue
una siega en conjunto,
en la
zafra
par de manos
salvaban los despojos,
fruto escuálido
de sol carente
de lluvias
y de acordes
y de raíces
que le asiera en las tormentas.
Emigra desnudo
de las risas,
gluten mustio
que
desvaría entre los huesos,
viaja en
solitario hacia las veras
extendidas
sobre el marjal
que da
al olvido.
Al dorso
la
tristeza y los miedos,
el frente
aguarda
tejido
con hilos de verdades
luces de
colores
sonidos
que resguardan
y un
haz de brazos
rodeando
las nostalgias.
Y qué
hiciste tú,
Oh sol
de media noche?
Alumbrarse
así mismo
en espejos
de arenas movedizas
curtiembre
te volviste
tanino
de la voz y de las letras
que
acallaron para siempre
un
murmullo de oración
entre pulmones.
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