domingo, 9 de febrero de 2014

Simplemente



Mujer soy, pleclara raza
greda de la tierra
semilla dulce incubada en el amor
y florecida en un par de primaveras,

acantona tras sus muelles
oraciones de certezas
liberando almíbares
volátiles en miradas, caricias y esperanzas,

ímpetu porfiado de su sentir de hembra
al defender un hálito
develado en profundidad de la veta
yacimiento de gracia
vértice que apuntala
el nacimiento y la muerte,

en el vuelo de vida
en el tiempo sin tiempos
y en los espacios vacíos…,

Mujer soy, hembra de lunas
plenilunios de sueños
henchir de labios
postrados al verso
a los himnos extraños 
al batir de alas
y de lluvias redentoras
que bendice huertos.

¡Mujer, mujer de luz!

de la oscuridad y de las alboradas
manifiesta en cruzadas doradas de otoño
reverdecer de fotosíntesis
en días soleados
por un sol de media noche.

Mujer de mareas
en océanos de altozanos
los cierzos navegan en los valles de su nombre
cascadas de carbón por elipses verticales
desvanecidas en los círculos
de la geodésia que la contiene.

¡Mujer, mujer… que lleva en sus collados!

El grito del amor bajo un nombre.




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