martes, 1 de julio de 2014

Será, siempre será, el amor.





“Somos los arquitectos de nuestro destino

y capitanes a bordo, de nuestros sueños”. 


Y en ese tráfico inmensurable de la vida
tropezamos con el paradigma
de nuestra naturaleza,
refractario inocuo que desvía a las pupilas
esa luz que incuba amor 
y sin avales,
aborda la nave de ilusiones
siendo el timonel 
de las contiendas.

Coyuntura que aprovecha la razón
y confía a la palabra
el diccionario de las fantasías,
vertiendo luego
caudales de adjetivos
que pincelan en la piel
y ungen con aromas 
la ruta apostillada, 
llegando a los confines
de universos binarios
que lían el alma con su hálito
y a la vez
la sentencian...

… pero,
no hay dogma que sancione
ser estacionarios en esa vía,
son otros vientos 
otros febreros
otros abriles
otros y
otros tantos,
las levas que nos zambullen
en cierzos de introspección
en la búsqueda constante 
de la fe y de la armonía...

… sin embargo,

estará sellada el alma,
y esa luz
ingénita
semilla de mostaza que se apropia
del corazón universal de un sueño...

vivirá

vivirá

... hasta el fin de nuestros ojos
hasta el día aquél
en que la nada de la nada
sea un vacío infinito
y el espíritu libre
sea verbo y sustantivo,
al fin de cuentas.



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