La
madrugada riega en mi piel sus notas ,
humecta de
sonidos
la capa
acústica que se adhiere a los huesos.
El sol es
un dios que juega a la alquimia
transmuta
y decanta,
son esas
ecuaciones
digeridas
en las primeras horas,
las que establecen
patrones óptimos en mi naturaleza
y un calor de vida
en la
entraña que palpita.
Soy el
resultado químico
de las auroras,
tamiz del
pensamiento mezclado con la materia,
figura geométrica,
circular o elíptica
con un
radio que conecta
al centro
mismo de la vida.
Creo que lo lindo de leer tus poemas es que se siente que salen del corazón. Un abrazo amiga...
ResponderEliminarÁngel, gracias por venir a este pequeño y desconocido espacio donde se refugia mis letras. Mi abrazo desde la distancia.
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