viernes, 20 de mayo de 2016

A la espera



La noche hace arrugas en los ojos,
horas que estrangulan el vacío de las sombras
y la espera
hilvana vejámenes en la ceguedad del alma.

Estos lapsos de tiempo tan desnudos en los labios
filtran oraciones
y por las comisuras de las lágrimas
otean
acurrucados al borde mismo del destino,
sin pestañear voces que lubriquen las angustias
sin que suceda
sin que se reclame la vacante de sus círculos
en la acústica tibia de los brazos otoñales...

Ya comienza la otra orilla de la noche,
los sonidos cavan agujeros
invernan
subrepticio anhelo de risas y  promesas
escritas.

Debajo de mi nombre no hay paz,
de nada sirve
enarbolar los pañuelos de mi fe,
de nada sirve
investir sus carnes con la sangre del amor
y esconder bajo los párpados
la lluvia y el ocaso...,

mi sombra se hace añicos  
entre la cornisa y el viento
y entumece los silencios 
en sus ansias de libertad.





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