lunes, 4 de julio de 2016

Sábado desnudo






Impedidos a las voces que nos emigran
los ojos son oídos,
escenarios de sombras y de frío
que se fortifican
con la mies de las distancias.

Desnudas  
las sienes de tu nombre
y te coronas con el himno de lo humano,
unges el temblor de mis olvidos
con la magia de la noche
y en el verano estepario
los oasis se multiplican,
agua inmaculada que calma la sed
de nuestros años.

Verte desposeído de las insignias que te persiguen
me permite ejercer,
se escurren con ansias por la verticalidad de la luz
el  lino tejido de heridas
y expone a tu juicio
esta vida confesa,
custodia del amor para el que arriba
con un has de amaneceres
como dote a la dicha.

Reconocer el fondo de la fuente con sus filos
nos anuncia losas sueltas,
será tu boca la que fije sus dinteles
en la arisca travesía
y sea el  fuego de tu vientre
el crisol donde arrodille mis pecados
y que no haya más notas
que el eco de tus pasos
en la solemne capilla resguardada
de mis miedos.







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