viernes, 28 de octubre de 2016

Verbo y mujer




Buscar en los círculos de la sed…

Horas en que la palabra  -mujer -
asciende dentro de mí.
Prescindo de la galería de rostros,
los huesos
antorchas encendidas
y los labios vivos
pájaros volando
en el verdesol de nuestro miedos.

Hundir manos y  bocas
entre las lluvias y el lodo,
no hay universos inocentes
en la metamorfosis de este poema.

Comer y beber
con los rostros invidentes
no nos hace extraños,
pulsamos los tormentos del corazón
y herimos nuestras vidas con colores,
nos volvemos invisibles,
dirás mi nombre…
y gritaré el tuyo.

El verbo desmiente las memorias
y deshila los silencios.

Horas de círculos y radios,
giran y giran en todos los grados,
dejan mi cuerpo copado de luz
y en tu sagrario… 
vacío de sombras.






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