El hoy cava
en los recuerdos
del sentimiento
que vive en mi
y viaja su
presencia
en el
tren de la memoria
mirada de
caracola
y
nostalgia de medianoche
hierven
en mis arenas
los soles
de su nombre
voy
llegando
voy
llegando
arribo
agitada
a la
estación de su sonrisa,
violines
tiemblan
en mi
garganta confesa
y sus
besos suicidas
sirven el
vino tinto
los
ramales de mi espalda
florecen
arcos de luz
y no me
desmiente la noche
cuando
bailan mis ojos
en el
techo de sus pensamientos
resignación
de monasterio
cuánto
silencio desesperado
en la
oscuridad de las uvas
cuánta vid
de la zafra
aguarda
ser consumida
a la hora de las muertes.
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