jueves, 12 de junio de 2014

Con los oídos del alma




En elipsis los párpados,
bruma y agonía

los trajes de piel y de hueso

turban a la hora 
de desnudar las emociones,

algunas llegan núbiles 
otras 
viejas y encorvadas,

escucho a las que se jactan 
de los éxtasis de vientre,
a las que se esconden entre sollozos 
sin encontrar la hoja 
que seccione sus pupilas,

cantarina y apacible
-la diferente-
agua de monte al despeñarse 
por los senos
cayendo entre la V 
de la victoria,

ensombrecidas 
las demás,
arrastran sus nostalgias 
por los planos de la frente
estuarios ocultos en las cejas
que se levantan al tenor
de los improperios.

Exhibidas todas
en el tono y en la letra,
cuerpos ciertos 
de la introspección sin calendarios,
abiertas emociones
excitadas 
ante el falo existencial 
del yo interrogado, 
si paréntesis que celen
desatinos
o certezas.

Y desde aquí,
análoga y desmembrada
sin la murga que acreciente la inquina,
te invito al vuelo de las notas,
revoloteo indultante
que aligera las fibras 
y dulcifica la existencia.




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