Junio
es liviano en su vuelo,
nómadas
los
suspiros
se empozan
en el plumaje de media tarde
abandonan
el lustro
que fue
zócalo
de las
briznas que te rozaban en el nido.
Acaso
al
acotar las horas
arriban
a los labios, las razones
salvaguardas
de los porqué
que se
amontonan
en el
atrio de la ilusión
y de
las ansias?
Eres y
soy libre
de
desatar los sueños
los que
quedaron inconclusos en los abrazos
besos
suspendidos
en la
comisura de las palabras
y peligran
caer
en los
labios de otro acento.
Que acontezca
el milagro del olvido
al morder
los calendarios
en la
memoria
huyan los
desapegos
en la
red de las miradas
y concluya
en la
fiesta sanativa de los besos.
¿Y, si no?
Hay
kilómetros de afecto
que nos
convida
a caminar
por la vía
de la amistad
eterna.
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