Navego la
noche,
su carne, salmuera de insomnios
mi sangre, dulce de amores
bajo la palabra del páncreas
vierto en
sus fuentes
su leche
favorita,
tener
conciencia de guardabosques
salvaguarda
las visiones
de la madre naturaleza,
de la madre naturaleza,
al
descuido
arriban los
picos,
se
alimentan de la miel de vida,
un
fantasma conocido
porfía en
su tiempo,
decantar
el estuario de los ancestros.
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