Palabra y caricia
ropajes que invisten su esencia de mujer,
juvenil ensueño de primavera que deslumbra
en el tiempo del desamor…
Legado y cansancio
hilo conductor del verbo que fue vientre y vida,
invierno que aguarda la sombra del ocaso
para invernar por los siglos de los siglos…
Cada minuto es oro y es vida,
diademas de mi sangre ceñidas
en equidistantes calendarios…
Y yo,
camino por sus playas
sintiendo en mi entraña
el dolor de la impotencia.
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