viernes, 19 de agosto de 2016

Latitudes



Los ojos
se exilian
las manos
se lamentan,
el corazón
elige sacudir estrellas rotas,
el sueño de tejer parpadeos
se frustra
solo queda
los marcos de poemas que son ajenos,
agrede a las sonrisas,
 la caricia del verbo
se extravía en la lisonja,
su ahogo
no construye,
siega la voz en duermevela
y la oración
no tiene eco en las historias,
los ausentes
nos miran
su cielo es de luz
y exigen reparar
la rueca,
la que hila los afectos
y zurce
en el espíritu del hombre
ajena hoy
a la sonrisa de un niño,
que ya no haya
más suicidios de besos
en los labios lacrados
y que estos párpados
se abran
para pintar 
el silencio.



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