domingo, 18 de agosto de 2013

Jarabe del amor






¡ Mi boca sabe a tu nombre !,

esencia estable de los besos
acantonados en las papilas,
en ausencias fluyen por vórtices
instados por los suspiros
inundando los farallones
armados con huesos ciertos
protectores del corazón
y de la llama perenne
que por amor, de vida palpita.


Mi cintura conoce tus índices,
lianas verdes de tus ramajes
usurpadores y de nudos recios,
en fértil campo se torna el vientre
bajo esa lluvia de besos, ungido
y surcado por arados blancos
removiendo de los huertos
la corteza envejecida
mudándola a folios de azahar
con tus palmas eruditas.


Tierra soy, bendita greda
moldeada con herramientas
naturales de tu estamento,
enraízas mis ejidos
profanando los espacios
que quedan al descubierto,
urgiendo florecer las cuencas
rosas del color de los cielos
y tañendo a los cuatro vientos

los campanarios de mis anhelos.



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