sábado, 31 de agosto de 2013

Sobrevivencias




Hay peces que navegan en mi carne
-otrora, peces encendidos-
perdieron sus colores de naturaleza prístina
y hoy, 
es grisáceo el matiz de sus escamas,

sus dientes 
-agujas sin dedales- 
bordan amañados 
tristezas en relieve de lamentos 
también, 
extenuados aljibes 
por las fantasías que sobrevolaron, 

saltan de piel en piel 
acosando los costados 
mordiendo inclementes 
las lindes del espíritu. 

Hay un hálito que se muere pecho adentro 
-el verbo insigne del altruismo humano- 
canicular dolor 
lo evapora del hueso pálido 
resquebrajado por la indolencia de tantas lunas, 
se substrae amanecido 
entre el pedernal que apuntaló sus rodillas 
hasta el fondo del légamo, 
cúmulo de aflicciones 
sin sentido. 

Hay pájaros que planean en mis ojos 
-alondras del silencio- 
han perdido de repente sus cañones 
abortando de sus brazos 
plumones dúctiles, 
llevan en su lomo 
ramas de esperanzas, 
aromas de otros montes 
que polinizan los suspiros 
y aletean en la cornisa 
del alma que se acalla. 



1 comentario:

  1. Tu poesía es exquisita, es un gran placer pasar por tus versos. Cariños.

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