lunes, 11 de enero de 2016

En vuelo eterno



La noche es densa,
ruana curtida por el añil de las sombras.
Se mecen las palabras dulces
y las huérfanas de labios
se sacuden hacia dentro,
remoja la alegría
con el néctar agridulce
de pañuelos en lo alto.

Ahora,
transita las huellas al revés
de pasos perdidos en las horas,
la carne es insensible
y los huesos son cenizas,
levita
es el ave que descubre la salida
y renace,
es savia
es piedra
es luna
y es estrella,
es beso felino en los tejados
y nota sibilina
en el fuego sometido de los vientres.

Ahora,
vuela
vuela
en el desnudo cielo de las letras.



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