sábado, 13 de julio de 2013

El canto de una ilusión















Su risa
es la caricia encajada sobre mi rostro
adoquinando el palmo de vacío
entre sus labios y mi boca,
notas que cincelan 
su alegría en tierra fértil
instalando en cada nicho
las mariposas de su sentir 
anulando el pasado
y resarciendo mi gracia.


Sus manos
boyas en abrigo 
-geodesía entre sus palmas-
restablecen puntos cardinales
en ese abrazo que organiza
las estaciones en primaveras
y colapsando un invierno amañado
al tañido de su campana
-corazón en mis espacios-
vertiendo luz y color
bajo los aleros de mis pestañas.


Sus besos
abecedarios encontrados
al filo de la desesperanza
subrayan ecuaciones en los ojos
desconociendo las dicciones 
del verso que a mí me supura
y que en él, solo es la sumatoria
de la mirada y de los labios
del abrazo y del susurro
en porcentajes que son lucrativos
para su espíritu y mi alma.


Ilógica es la elegía en su voz
si no apetece las rimas,
pero él no sabe... 


¡Que es un poema total!,


cuando me arrincona en su pecho
escondiendo su rostro en mi pelo
y musitando muy bajito


¡Bienvenida a mi casa!



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