Soy tu poema desnudo
y en tu espíritu se advierte
incesante predicadora
de la oración de los afectos
en tus redes me filtro
y en palabras me descalzas
orbitando en tu pupila
mi canela membrana.
Avistas latitudes
con el halo de tu sentimiento
y en pedestal de Venus
me entrona tu mirada…
¿No ves acaso,
que mi piel se quebranta
y en marchitas orquídeas
mis eneros se palpan?
Soy tonada dulce
que se escucha muy quedo
en la acústica tibia
capilla de la casa
cadencias otoñales
de elegías y sonetos
en los labios febriles
de tu verso perfecto.
Ermitaño en mi alma
romero en mis desiertos
me has transitado
buscando un oasis,
quizás esas aguas
se hayan secado
o estén encubiertas
por arbustos de sueños.
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