martes, 30 de julio de 2013

La oración de mi silencio




Vengo de sonreírle al silencio de mi alma
ella, sentada a la vera de mis ojos
asintió con sus pañuelos vivos
del color de primaveras
a este fardel femíneo
(oído sordo de su homilía),
se apresurara en el afán de ningún tiempo
a dejar en afonías las angustias y los miedos
y libre de las sandalias
que se interpusieran entre la armonía y la calma.

Ascendí los peldaños de sinfónico mutismo
que se desprendían en el atrio
de la abadía alzada en mis costillas,
vi sobre sus lindes 
vitrales muy alegres
bajo un entramado de aromas dulces,
escenario de adoquines firmes para los sueños
en un abstracto baile de luciérnagas.

Silencio
comunión con el universo
labios del espíritu clausurados 
en contrición aceptados,
oración de reconciliación 
con mi yo íntimo.




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